Ap, Afp, Europa Press y Reuters |Foto Afp |18 de noviembre de 2024 07:31| Kiev. Estados Unidos autorizó ayer a Ucrania, por primera vez, el uso de misiles de largo alcance suministrados por el Pentágono para atacar Rusia, iniciativa que de inmediato fue seguida por Francia y Gran Bretaña.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue difundida por un funcionario estadunidense y tres personas familiarizadas con el asunto, citadas por el New York Times, mientras la autorización de franceses y británicos para usar sus misiles SCALP/Storm Shadow contra Rusia fue publicada por el periódico Le Figaro. Al cierre de esta edición la Casa Blanca no confirmó ni negó esta versión; tampoco lo hicieron Londres ni París.
La decisión llega luego de que Rusia lanzó ayer un enorme ataque con 90 drones y 120 misiles contra Ucrania, descrito por Kiev como el más grande de los últimos meses, dirigido contra infraestructura energética y que mató a varios civiles.
Washington habría autorizado ataques limitados dentro de territorio ruso en respuesta a la presencia de hasta 12 mil tropas norcoreanas en el frente para reforzar la ofensiva rusa en el este de Ucrania, confirmaron los diarios Washington Post y New York Times.
Este cambio busca ser disuasorio frente a Corea del Norte, para que no envíe más tropas a Rusia y perciba que la presencia en la zona es un costoso error, según una de las fuentes del Post. Por ello, los ataques se centrarían en principio en la región de Kursk, donde las fuerzas ucranias ya controlan una pequeña porción de territorio ruso y precisamente donde estarían desplegados los soldados norcoreanos desde octubre.
Kiev podrá emplear el Sistema Táctico de Misiles del Ejército (ATACMS), misiles supersónicos guiados que pueden llevar una ojiva de bombas de racimo o convencional que tiene un alcance máximo de unos 305 kilómetros, contra objetivos en territorio ruso. Hasta ahora, algo así estaba vetado por temor a una escalada, y es relevante porque esta decisión se ha tomado a menos de dos meses del relevo en la Casa Blanca, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, quien ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania.
Otras fuentes han apuntado a que, con este gesto, Biden pretende reforzar la posición de Ucrania con vistas a una posible negociación con Moscú, una vez que Trump asuma el cargo en enero.
Algunos funcionarios estadunidenses no creen que permitir ataques de largo alcance cambie la trayectoria general de la guerra, pero la decisión podría ayudar a Ucrania en estos momentos, cuando las fuerzas rusas están ganando terreno, y poner a Kiev en mejor posición de negociación si se dan conversaciones de alto el fuego.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, acogió ayer con cautela la noticia y añadió: hoy muchos medios informan que hemos recibido permiso para tomar las medidas adecuadas. Pero los ataques no se hacen con palabras. Cosas así no se anuncian, continuó. Los misiles hablarán por sí solos.
Esta decisión supondría un cambio significativo en la conducción de las operaciones ucranias. Con estos misiles con un alcance máximo de varios cientos de kilómetros, Ucrania podría atacar sitios logísticos de las fuerzas rusas y aeródromos desde donde despegan sus bombarderos, informó el diario francés Le Figaro.
En tanto, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, condenó los inaceptables ataques rusos con misiles y drones contra civiles en Ucrania y recordó que están prohibidos por el derecho internacional humanitario.
La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comentó ayer que Ucrania podía contar con el apoyo del bloque europeo tras lo últimos ataques con misiles de Rusia.
Respaldo de Europa
A su vez, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sostuvo que el bombardeo aéreo ruso de ayer contra Ucrania demostró que Putin ni quiere la paz ni está dispuesto a negociar, y que la prioridad para su país era equipar, apoyar y ayudar a Kiev a resistir.
Mientras, en Alemania, al menos mil opositores a Putin encabezados por Yulia Navalnaya, viuda de Alexei Navalny, denunciaron en Berlín la guerra en Ucrania y al presidente ruso en una marcha que busca reactivar un movimiento debilitado por la represión.
Tulsi Gabbard, nombrada por el virtual presidente electo Donald Trump para liderar los servicios de inteligencia de Estados Unidos, respaldó en 2022 una de las principales justificaciones de Rusia para invadir Ucrania: la existencia de decenas de biolaboratorios financiados por Estados Unidos que trabajan en algunos de los patógenos más peligrosos del mundo.
Moscú afirmó que Kiev estaba utilizando los laboratorios para crear armas biológicas mortales similares al virus del covid-19 que podrían ser utilizadas contra Rusia, y que Putin no tenía más opción que invadir la vecina Ucrania para proteger a su país.
Según informó la agencia Ap, esos laboratorios son públicos y forman parte de un esfuerzo internacional para controlar brotes y detener armas biológicas.
Gabbard, veterana militar y ex congresista demócrata de Hawái, aclaró más tarde que no estaba acusando a Estados Unidos ni a Ucrania de nada nefasto y sólo expresaba su preocupación sobre la protección de los laboratorios mencionados.